El latido del corazón antes del nacimiento ya nos deja una huella de una de las condiciones humanas vitales por excelencia: el ritmo. El ritmo de las palabras, de las estaciones del año, de las olas en el mar, en el movimiento, la danza o el baile… Desde la infancia es crucial experimentar con el ritmo como herramienta básica de funciones, habilidades y destrezas tan importantes como la psicomotricidad, coordinación, movimiento corporal, lateralidad… Aquí es precisamente donde dotamos de relevancia al papel de la percusión, verdadera portadora del ritmo.
Con ejercicios, juegos y combinaciones rítmicas podemos ayudar a desarrollar las habilidades personales, descubrir y entender el sonido que nos rodea, percibir nuestro cuerpo como instrumento musical sonoro y conocer las técnicas y posibilidades sonoras y expresivas de la familia de la percusión. Con este trabajo contribuimos a facilitar un crecimiento más enriquecedor e integral de la persona.
La propuesta se adapta a los diferentes niveles educativos y a los niveles de conocimientos de los participantes, en función de las características y las necesidades de los promotores.
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